XVII Domingo del Tiempo Ordinario
2 Reyes 4:42-44 | Salmo 144:10-11, 15-18 | Efesios 4:1-6 | Juan 6:1-15
Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: "Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?" Jesús le respondió: "Díganle a la gente que se siente". -Juan 6:9-10
¿Eres suficientemente fuerte para ser débil?
La realidad de nuestras vidas es que vivimos en un mundo de logística. La comida cuesta dinero, y la gente necesita alimentarse para vivir. El Señor no nos condena por considerar estos cálculos mundanos, sino que nos invita a recordar también que su poder reina por encima de nuestra lógica y limitaciones humanas.
Cuando se enfrentan a la tarea de alimentar a los 5.000, ni Felipe ni Andrés saben cómo lograrlo. Pero la diferencia fue que Andrés, aun en su confusión y duda, le llevó a Jesús lo que tenía a mano: unos insignificantes cinco panes y dos peces. Como Andrés, el Señor también nos invita a ser honestos con nuestras dudas y con las cosas que nos pueden faltar, y aún así, con fe, llevárselo todo a Él.
Cuando llevamos nuestros pedazos al Señor, Él no nos pide que nos proveamos a nosotros mismos. Al contrario, Jesús pidió a la multitud en esta historia que tuviera una postura de receptividad, diciendo "Que la gente se recline" (Juan 6:10). No dice que Jesús diera de comer a los más merecedores, o a los que más habían trabajado ese día. En cambio, Juan afirma de nuevo que Jesús dio de comer "a los que estaban reclinados" (Juan 6:11). El Señor no nos pide que arreglemos nuestro propio vacío. Simplemente nos pide que nos acerquemos a Él con sinceridad, que le demos lo que tenemos, por insignificante que parezca, y que simplemente recibamos su abundancia.
En la primera lectura, Eliseo multiplica diez panes de cebada para alimentar a una multitud de 100 personas. Luego, en el Evangelio, Jesús alimenta a 5,000 hombres con sólo cinco panes. Los discípulos estaban bien acostumbrados al Antiguo Testamento, por lo que conocían bien la historia de Eliseo y, sin embargo, dudaron. Todos olvidamos cómo el Señor ha proveído para nosotros en el pasado. Toma un momento para recordar las maneras en que el Señor ha proveído para ti en tu vacío.
¿Cuáles son los pedazos en tu vida que Jesús puede estar pidiéndote que le des con fe hoy? (por ejemplo, tu tiempo, tu dinero, tu energía, tu salud mental, tus talentos).
¿Cómo sería tener una postura lista para recibir en esa área de tu vida?