25 Domingo del Tiempo Ordinario
Sabiduría 2:12, 17-20 | Salmo 53:3-6 y 8 | Santiago 3:16-4:3 | Marcos 9:30-37
“Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” – Marcos 9:35
En el Evangelio de hoy, los apóstoles discuten sobre quién es el mayor entre ellos. Sabiendo lo que había en sus corazones y mentes, Jesús los reúne para recordarles una verdad dura y contraria a la cultura: los primeros serán los últimos, y los últimos, los primeros. Al pedir a sus seguidores que sean «los últimos», Jesús no quiere decir olvidados, abandonados o desamparados. De hecho, Jesús nos invita a esta postura de humildad para que podamos recibir más, y recibir de Él.
Muchas veces cuando somos tentados por el Enemigo a ponernos primero, nos aferramos a títulos o posesiones que no nos satisfacen. El Señor nos creó para más; nos creó para la Eternidad con Él. Sin embargo, Él sabe que mientras nuestras manos estén llenas de estas ganancias mundanas obtenidas por nosotros mismos, no tendremos espacio para recibir la verdadera vida de Él como nuestro Padre. Jesús nos invita a hacernos pequeños y humildes como niños, para que podamos ser sostenidos por Él, nuestro Padre, que desea nuestro bien más de lo que podríamos imaginar.
¿En qué área de tu vida luchas más contra el orgullo? (en el trabajo, en conversaciones con la familia, imagen de sí mismo, etc.)
Cuál podría ser la invitación de Jesús para ti en este lugar?
¿A quién puedes poner por delante de ti esta semana?