El Pelícano en su Piedad
El Pelícano como Cristo
Hay muchos animales majestuosos y regios utilizados en el arte sagrado en la historia de la Iglesia. De todos los animales de la creación que uno podría considerar para esa lista, puede sorprender que uno de los más antiguos y populares es el pelícano. La leyenda del pelícano precede al cristianismo, pero encuentra su primer relato escrito en el siglo II d.C. en un bestiario cristiano llamado Physiologus, de Alejandría (Egipto). El libro recopila diferentes leyendas de criaturas, algunas míticas y otras reales, con una descripción añadida de los vínculos simbólicos con el cristianismo.
Los pelícanos pequeños golpean a sus padres y los padres, devolviéndoles el golpe, los matan. Pero al tercer día la madre pelícano golpea y abre su costado y derrama sangre sobre sus pequeños muertos. Así reviven y se curan. Así dice también Nuestro Señor Jesucristo por medio del profeta Isaías: Yo he criado hijos y los he enaltecido, pero ellos me han despreciado (Is 1,2). Herimos a Dios sirviendo a la criatura más que al Creador. Por eso se dignó subir a la cruz, y al ser traspasado su costado, brotaron sangre y agua para nuestra salvación y vida eterna. - Physiologus 6
La leyenda de la Madre Pelícano que alimenta a sus hijos con su propia carne y sangre para devolverles la vida evoca maravillosamente el don que Jesús nos hace de sí mismo en la Eucaristía. Inspirada por este bello y antiguo símbolo, nuestra comunidad colocará el Pelícano en su Piedad en la parte frontal de nuestro altar. Al hacerlo, esperamos seguir inspirando a las generaciones futuras a una devoción más profunda a Jesús en la fiesta Eucarística que une a nuestra familia de Santa Ana en su amor sacrificial.
Escrito Por: Matthew Cantrell
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