Solemnidad de la Ascensión del Señor

Solemnidad de la Ascensión del Señor

...cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos...
— Hechos 1, 8

REFLEXIÓN

Antes de que nuestro Señor ascienda al cielo, promete que vendrá el Espíritu Santo. ¿Pero qué hace el Espíritu Santo? Aunque no son las únicas formas en las que actúa, podemos decir que nos convence, nos consuela, nos aconseja y nos conforma. Jesús dice en el Evangelio de Juan que cuando el Espíritu Santo venga, "...convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio" (Jn 16, 8). El Espíritu Santo quiere convencer a nuestros corazones para que se aparten del pecado, elijan lo que es bueno y vivan cada vez más para Él. Un nombre del Espíritu Santo es "Paráclito” que se traduce habitualmente por "Consolador" (CIC 692). El Espíritu Santo quiere estar cerca de nosotros, dándonos consuelo y aliento en medio de los desafíos que enfrentamos. El Espíritu Santo también quiere ser nuestro consejero y guía. Nuevamente en el Evangelio de Juan, Jesús dic Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad" (Jn 16, 13). El Espíritu Santo quiere que nos dirijamos a Él, buscando su consejo en las decisiones que tomamos, para que podamos caminar siempre por sus caminos. Por último, el Espíritu Santo nos moldea como Cristo. Nosotros, como cristianos, estamos llamados a no tomar como modelo a este mundo (ref. Rom 12, 2), sino a parecernos cada vez más a Jesús. Es a través del poder del Espíritu Santo que nos convertimos en hijos de Dios (ref. Rom 8, 14-15), siguiendo cada vez más el ejemplo del Hijo de Dios, nuestro Señor. Es posible que los corazones de los Apóstoles se hayan llenado de preguntas cuando Jesús ascendió al cielo. Pero Él prometió: "No los dejaré huérfanos" (Jn 14, 18), y nueve días después recibieron el Espíritu Santo. Jesús no nos ha dejado huérfanos: estamos incluidos en la promesa del Espíritu Santo para convencernos, consolarnos, aconsejarnos y moldearnos también a nosotros.

PREGUNTAS DE DISCUSIÓN

  1. ¿Qué ha hecho el Espíritu Santo en tu vida? ¿Tienes alguna experiencia o momento en el que supiste que Él se manifestaba en ti?

  2. ¿Te has sentido alguna vez abandonado por Dios? ¿Qué significa que Jesús prometió no dejarte huérfano?

  3. De las cuatro cosas mencionadas que hace el Espíritu Santo (convencer, consolar, aconsejar, moldear), ¿cuál es la que más necesitas en tu vida? Esta semana, considera invitar al Espíritu Santo a que se manifieste en tu vida de manera más intensa en ese sentido.

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