28 Domingo del Tiempo Ordinario

Sabiduría 7:7-11 | Salmo 89:12-17 | Hebreos 4:12-13 | Marcos 10:17-30

"Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible.”

Marcos 10:27

 

¿Y si Dios no me ayuda? ¿Y si estoy solo? ¿Y si...

Es fácil que la ansiedad nos domine, que nuestros pensamientos nos hagan pensar en catástrofes y que saltemos al peor escenario posible. Como seres humanos, dudamos en ceder el control, y a menudo tiene sentido por cómo hemos sido heridos. Podemos aferrarnos al control a través de nuestros medios o nuestras finanzas, e intentar ordenar nuestras vidas y aferrarnos a todo.

 

Jesús nos invita a una manera diferente de ser. “Sólo una cosa te falta.” Desafía Cristo al joven rico que, por lo demás, ha cumplido celosamente todos los mandamientos de Dios. Jesús apela a su corazón para que renuncie a su intento de controlarlo y ordenarlo todo: “Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”. (Marcos 10:21).

 

La generosidad es el antídoto. Renunciar al control y aceptar la aventura es lo que ofrece Cristo. Y eso implica rendirse, entregar la vida y no intentar poseer más. El joven rico se fue triste, pero no conocemos el final de su historia, como tampoco conocemos del todo el final de la nuestra. Tal vez, después de llorar por sus pertenencias y seguridad, llegó a la aceptación y regresó a Cristo. No lo sabemos.  Pero podemos esperar el mismo valor para nosotros mismos, para decir “sí” a la confianza en el Señor, siguiéndole dondequiera que nos invite.

 

¿En qué área te resulta difícil confiar en el plan de Dios para tu vida? ¿En tus finanzas, tu tiempo, tus relaciones, etc.?

¿ Hay una parte de ti que teme que Dios no provea si eres generoso con tu tiempo, talento o tesoro?

¿Cuál es  “una cosa” a la que Cristo podría estar llamándote a renunciar?

St. Ann ParishComentario