Primer Domingo de Cuaresma

Primer Domingo de Cuaresma

No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
— Mt 4,4

Este primer domingo de Cuaresma nos presenta un evangelio donde aparece una enseñanza fundamental de la doctrina de la Iglesia. La adversidad es el camino para el crecimiento espiritual, y la adversidad está representada por la presencia del desierto como lugar de prueba y la presencia del demonio que tanto en hebreo como en griego significa aquel adversario que pone a prueba nuestra condición de fe y nuestra condición humana. Por eso, la adversidad está directamente relacionada con el crecimiento espiritual. Si no hay adversidad, no puede haber crecimiento. Si no hay pruebas, si no hay tentación, no puede haber crecimiento espiritual. Iniciamos este retiro espiritual precisamente ubicados en el desierto de la vida con el adversario que aparece a través de las pruebas, las dificultades, las tentaciones, las enfermedades, las diferentes maneras en las que la vida nos prueba para poder llegar a la Pascua que es la Tierra prometida en los términos del Antiguo Testamento.

El evangelista Mateo resume las tentaciones que tuvo Jesús a lo largo de su vida en tres momentos. Primero, “manda que estas piedras se conviertan en panes”. Es muy facil creer que la vida se construye desde lo fácil. Por eso el adversario siempre está poniendo pruebas para demostrarnos que lo fácil solo nos conduce a la mediocridad. Segundo, “Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna”. El triunfalismo nos lleva a creer que las cosas en la vida las podemos lograr solamente a través de lo externo y no con un trabajo profundo a nivel interno. Y la tercera, “Te daré [todos los reinos del mundo], si te postras y me adoras”, es la tentación de poner en el centro, lo que tiene que estar en la periferia, y en la periferia lo que tiene que estar en el centro. Para nosotros, el centro, el fundamento a través del cual funciona nuestra vida, es Dios. Por eso responde al final “Adorarás al Señor tu Dios y sólo a Él servirás”.

Que bueno que la primera reflexión de esta Cuaresma nos ubica como en el inicio de un retiro espiritual donde el desierto es la vida, aparece el adversario para hacernos crecer, y aparecen los tres momentos de tentación que fueron las tentaciones de Jesús. Y también son nuestras tentaciones cada día.

  1. ¿Alguna vez has experimentado tentaciones mientras intentabas profundizar en tu vida de oración o mientras trabajabas para crecer en tu relación con Jesús?

  2. ¿Cuáles son las cosas con las que mas batallas o que te impiden crecer en tu relación con Dios?

  3. ¿Qué puedes hacer para rechazar esas tentaciones y poder crecer en este tiempo de Cuaresma?

St. Ann ParishComentario