Cuarto Domingo de Cuaresma

Cuarto Domingo de Cuaresma

Sólo sé que yo era ciego y ahora veo
— Jn 9, 25

Este domingo, continuamos con los "escrutinios", momentos en los que la Iglesia llama a los que se preparan para el bautismo -llamados los "Elegidos"- a una mayor conversión y a "profundizar en su decisión de aferrarse a Cristo y cumplir la decisión de amar a Dios por encima de todo" (Escrutinios del RICA). Como comunidad, hagamos estos escrutinios en autorreflexión, permitiéndonos una claridad cada vez más vibrante a la hermosa invitación de seguir a Cristo.

¿Confío en la verdad de Cristo, hallando libertad de mente y de corazón y esforzándome por conservarla siempre?

¿Prefiero la locura de la cruz antes que la sabiduría del mundo, para poder gloriarme sólo en Dios?

¿Cómo podría liberarme más plenamente por el poder del Espíritu, para dejar atrás todo temor y seguir adelante con confianza?

¿Busco lo que es santo y justo?

¿Estoy dispuesto a sufrir persecución por el nombre de Cristo?

¿Subestimó la libertad que tengo de creer en el Evangelio?

Frente a los valores del mundo, ¿permanezco fiel al espíritu del Evangelio?

Señor Jesús, luz verdadera, que iluminas a todo hombre, libra por el Espíritu de la verdad a todos los tiranizados bajo el yugo del padre de la mentira, y a los que has elegido para recibir tus sacramentos, llénalos de buena voluntad, a fin de que disfrutando con el gozo de tu luz, como el ciego que recobró de tu mano la claridad, lleguen a ser testigos firmes y valientes de la fe. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

(Texto adaptado del Segundo Escrutinio del RICA)

St. Ann ParishComentario