Segundo Domingo Pascua

Segundo Domingo Pascua

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva
— 1 Ped 1, 3

Durante los últimos 23 años - desde el cambio de siglo - el domingo siguiente a la Pascua se celebra como el "Domingo de la Divina Misericordia" por la Iglesia. Es apropiado continuar la celebración de la Pascua y regocijarse en el gran amor y misericordia que el Señor nos ha revelado a través de Su muerte y Resurrección. Jesús habló a una monja polaca llamada Santa Faustina de la profundidad de Su misericordia que tiene para Su pueblo:

“Soy el Amor y la Misericordia mismos (Diario, 1074). Mi Corazon esta colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores… para ellas de Mi Corazon ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia (Diario, 367). Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata (Diario, 699). Mi Misericordia es mas grande que tus miserias y de aquellas del mundo entero (Diario, 1485). por ti he permitido que fuera abierto con una lanza mi Sagrado Corazón y he abierto para ti una fuente de Misericordia. Ven y toma de las Gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza (Diario, 1485).”
— Diario De Santa Faustina

Para recibir la misericordia de Jesús y mostrarla a los demás, seguimos las tres "S" de la Misericordia:

  • Solicite misericordia - Dios quiere que nos acerquemos a Él orando sin cesar, arrepintiéndonos de nuestros pecados y pidiendo que Él derrame Su misericordia sobre nosotros y el mundo entero..

  • Sea misericordioso - Dios quiere que recibamos Su misericordia y que la dejemos fluir a través de nosotros hacia los demás. Quiere que demos amor y perdón a otros, como Él nos lo da a nosotros..

  • Sin cesar confíe completamente en Él - Dios quiere que sepamos que las gracias de Su misericordia dependen de nuestra confianza. Cuanto más confiemos en Jesús, tanto más recibiremos..

En el Evangelio de hoy, el apóstol Tomás quizás tenía dudas, pero luego se entrega completamente a la misericordia de Jesús con una extraordinaria profesión de fe. No nos desesperemos nunca por nuestro pecado ni nos desanimemos por el sufrimiento, sino que, por el contrario, abandonémonos totalmente a la misericordia de Jesucristo.

  1. ¿De qué manera nos cuesta pedir la misericordia de Dios para nosotros mismos? ¿Pedimos misericordia para los demás y para el mundo?

  2. ¿De qué manera mostramos misericordia a los demás? ¿Hay alguien en nuestra vida a quien debamos perdonar? ¿Cómo podríamos practicar más regularmente las obras de misericordia?

  3. ¿Confiamos en la misericordia de Dios? ¿Cuál es nuestra respuesta habitual ante las situaciones difíciles o dolorosas que afrontamos? ¿Podemos hacer un gesto de confianza, rezando: "Jesús, en Ti confío"?

* Gracias a ladivinamisericordia.org por las tres "S" de la Misericordia. Visite su sitio web para saber más sobre el mensaje de la Divina Misericordia.

St. Ann ParishComentario